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Junts eleva el tono ante Sánchez: “No estamos aquí para que a usted le vaya bien”

El partido de Puigdemont rechaza el término “financiación singular” que ERC exigió a Sánchez, mientras el PP baja la intensidad de sus denuncias de corrupción

Pedro Sánchez y la vicepresidenta María Jesús Montero siguen la traducción de la intervención de la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, este miércoles en el Congreso.
Pedro Sánchez y la vicepresidenta María Jesús Montero siguen la traducción de la intervención de la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, este miércoles en el Congreso.Mariscal (EFE)
Xosé Hermida

Noticia bomba en el Congreso: Alberto Núñez Feijóo no pidió la dimisión de Pedro Sánchez. Y entre la avalancha de preguntas al Gobierno de los diputados populares, el nombre de Begoña Gómez resonó apenas como un eco distante en la sesión de control de este miércoles. Con la rendija que se ha abierto al enésimo intento negociador para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el choque parlamentario resultó menos abrupto que de costumbre. La andanada más preocupante para el presidente le llegó desde las filas de quienes lo han aupado. Junts dejó traslucir ese incipiente despecho que ha aflorado por el intento de Sánchez de negociar con ERC la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Y se lo hizo saber con esa melodía áspera y desafiante característica de la casa. “No estamos aquí para que a usted le vayan bien las cosas. Estamos aquí por Cataluña y por los catalanes”, le soltó la portavoz de Junts, Míriam Nogueras.

Carles Puigdemont lo lanzó el lunes vía redes sociales y su portavoz en Madrid se lo dijo a la cara a Sánchez en el Congreso: “¿Solo nos merecemos el dinero que nos corresponde si usted coloca a Illa al frente del Gobierno de Cataluña? ¿Y si no que nos den a todos?” Nogueras rechazó incluso el término “financiación singular” para Cataluña que el presidente ha aceptado después de que lo planteara ERC. Según la portavoz de Junts, “se está vendiendo de forma irresponsable” como un “privilegio” lo que, a su juicio, es solo una reivindicación “justa” de “aquello que corresponde a los catalanes”. Ahí entra el viejo discurso del “expolio fiscal”. Sin emplear esas palabras, Nogueras lo ilustró con sus propias cifras: según ella, cada catalán “pierde” al año 2.700 euros, mientras cada extremeño “gana” 3.200 y cada castellano y leonés 1.800.

Sánchez delató cierta perplejidad ante la acometida y, como suele hacer cuando el independentismo saca sus pendones a flamear, caminó sobre ascuas. Reseñó que Cataluña “merece una mejor financiación, como el resto de territorios de España”. Y subrayó que ese compromiso no es de ahora, sino que ya figuraba en sus acuerdos de investidura con ERC. “Y lo voy a cumplir”, prometió. Quien no logró arrancarle ningún compromiso fue la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, tras llamar la atención sobre la “muy escasa actividad legislativa” del Gobierno. Sánchez no ofreció indicios de que pretenda acelerar en ese aspecto. Se limitó a certificar que en el anterior mandato se aprobaron más de 200 leyes “y ahora toca desarrollarlas”.

Feijóo dejó de lado el asunto de la financiación catalana, del que tampoco se ocuparon en exceso sus teloneros, más allá de alguna estocada como la de Cuca Gamarra, quien acusó al Gobierno de “comprar” la investidura de Illa “con el dinero de todos los españoles”. El gran asunto que traía el líder del PP era el frenesí tuitero del ministro de Transportes, Óscar Puente. Siempre presto a zambullirse en el barro de las redes sociales, Puente llamó “saco de mierda” a un autodenominado periodista, Vito Quiles, colaborador de Alvise Pérez y, como este, reputado difusor de bulos, algunos sobre el propio ministro. Feijóo expuso los hechos con pudor: para no pronunciar “mierda” habló de “saco de basura, por decirlo suavemente”. Esta vez no pidió la dimisión de Sánchez, pero sí la del ministro que “insulta a un ciudadano”, lo que contrapuso a los planes de “regeneración democrática” del Gobierno.

Sánchez trató de llevar al líder del PP al terreno de la negociación sobre el CGPJ. “Cada vez que se abre la opción de un acuerdo, salen sus jefes, Aznar, Abascal, Ayuso, y dicen que ni se le ocurra”, lo provocó, antes de emplazarlo: “¿A quién va a hacer caso, a sus jefes o a la Constitución?”. Feijóo rehuyó ese envite. Prefirió exponer sus propias medidas regeneradoras: que no haya militantes socialistas al frente del CIS o de RTVE, ni se pueda pasar de ministro a fiscal del Estado o magistrado del Constitucional. “No hay regeneración democrática posible mientras usted sea presidente”, concluyó.

Sobre la actuación de José Félix Tezanos al frente del CIS volvió luego el portavoz parlamentario popular, Miguel Tellado, ante el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños. De nuevo quedó claro que no hay estrepitosa traca de errores del director del CIS ―en las últimas europeas pronosticó un triunfo del PSOE por hasta cinco puntos, cuando el PP venció por cuatro― que pueda mellar el apego de los socialistas a su camarada sociólogo.

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Las preguntas del PP mostraron una variedad temática que no se veía desde hace meses. Sin olvidar del todo la letanía de que este es un Gobierno “hasta arriba de corrupción”, los populares se interesaron incluso por la marcha de la economía o la puntualidad de los trenes. También se acabó colando de rondón el décimo aniversario del ascenso de Felipe VI al trono. Lo sacó primero Cayetana Álvarez de Toledo. Tras reiterar su vaticinio de que España va camino de convertirse en una “democracia fallida”, la popular afeó a Vox que haya exigido al monarca que, saltándose la Constitución, se negase a sancionar la ley de amnistía. El siguiente dardo fue para los socialistas: “Sánchez pasará y la monarquía constitucional perdurará”. El contrapunto lo puso la viceportavoz de ERC, Teresa Jordà, quien remató su intervención con el lema “fora els Borbons”. Desde los escaños de la derecha se oyó un enérgico “¡viva el Rey!”, mientras Bolaños sacaba la vena más monárquica del PSOE, al proclamar, “en nombre del Gobierno”, su reconocimiento a la “transparencia, dignidad y ejemplaridad” de Felipe VI.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.
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