Feria de Málaga: toreo caro del ‘desempleado’ Fortes y toros de segunda en un ciclo incompleto
La ciudad andaluza sigue en fiestas hasta mañana, sábado, pero las corridas finalizaron el martes, único día que se colgó el cartel de ‘no hay billetes’
El caso de Saúl Jiménez Fortes (Málaga, 1990) es uno de esos misterios insondables del toreo actual. No torea -no lo contratan las empresas- y no se conocen de verdad los motivos. Ha dado pruebas irrefutables de su valor, ha demostrado su honda concepción taurina y ha sufrido en sus carnes algunas de las cornadas más terroríficas de los últimos años. Pero ahí está, en su casa, sin apoderado y olvidado por casi todos. En 2022 se vistió de torero ocho tardes; en tres ocasiones hizo el paseíllo en 2023 y ha llegado al 20 de agosto de esta temporada sin conocer la tensión del traje de luces.
Pero ese día, el pasado martes, felizmente estaba anunciado en la Feria de su tierra, Málaga, en un mano a mano con Roca Rey, con toros de Jandilla, Núñez del Cuvillo y Daniel Ruiz. Y no era un regalo de sus paisanos: el contrato se lo había ganado al ser declarado triunfador del ciclo malagueño del año pasado.
Se colgó el cartel de ‘no hay billetes’ -el único en toda la feria- y en los chiqueros esperaban dos toros de Núñez del Cuvillo, dos de Jandilla y otros dos de Daniel Ruiz, escogidos para la ocasión, terciados todos ellos, cómodos de cabeza y de juego desigual.
Finalizada la corrida, el misterio se había enredado aún más. Fortes salió a hombros tras protagonizar una tarde cautivadora y clamorosa, cimentada en el toreo más auténtico, premiado con cuatro orejas.
Fortes protagonizó una actuación clamorosa, desbordante de toreo auténtico, en la primera tarde que se vestía de luces en 2024
Y lo más importante: el triunfo no fue fruto del cariño de su gente, no. Fue la justa recompensa a una forma extraordinaria de interpretar el toreo más puro y verdadero con capote y muleta. Asentada la planta y relajada la figura interpretó la verónica clásica, y en el terreno justo, dispuesto el corazón, pundonoroso, confiado y seguro, ofreció una soberbia y sorprendente lección con la muleta hasta el punto de cautivar a un público partidario, sí, pero gratamente sorprendido ante el derroche de hondura torera.
¿Cómo es posible expresar el toreo de forma tan sublime si no se torea? He aquí el fundamento del misterio de Fortes.
Y la segunda cuestión: ¿por qué no torea este hombre con cualidades tan brillantes para contar la belleza?
Tras una actuación excelsa ante el noble y bondadoso primer toro de Núñez del Cuvillo, un caramelo para cualquier artista y al que se le concedió la vuelta al ruedo, sufrió una espeluznante voltereta en el inicio del último tercio del segundo.
Inopinadamente, Fortes comenzó la faena de muleta por manoletinas y, a la segunda, el animal se le vino encima, lo atropelló por el vientre, lo lanzó por los aires, dio una vuelta de campana en el lomo del toro y cayó por el rabo; una vez en la arena, volvió a ser zarandeado hasta en dos ocasiones y pisoteado hasta la llegada de los compañeros. Una cogida dramática. Fortes se levantó sin mirarse, con la taleguilla manchada de sangre, y volvió a la cara de su oponente. Desbordante de entrega, cautivó a los tendidos con varias tandas de muletazos henchidos de pasión ante un toro brusco que soltaba la cara en cada embestida. Y en el quinto, otra lección de buen gusto, de convencimiento y compromiso, de torería de altura en una palabra.
Salió a hombros y volvió a la plaza para ingresar en la enfermería, donde se le diagnosticaron dos heridas en los muslos de pronóstico grave, consecuencia de la cogida que sufrió en su segundo toro.
Es incomprensible que este torero esté desempleado. Por cierto, por segundo año consecutivo ha sido proclamado autor de la mejor faena de la feria por el jurado del Trofeo Capote de Paseo que convoca el Ayuntamiento de Málaga.
Fortes ha sido el suceso sobresaliente de la Feria de Málaga, dedicada en esta edición a la memoria de Paquirri, y compuesta por cinco corridas de toros, un espectáculo de rejoneo y una novillada, que se han celebrado entre el 14 y el 20 de agosto. Un ciclo de plaza de primera categoría, en declive como tantos otros, a pesar del compromiso de la empresa Lances de Futuro, liderada por José María Garzón, y la colaboración de la Diputación de la provincia, propietaria del coso.
La Diputación Provincial y la empresa Lances de Futuro tienen una tarea pendiente: que los tendidos se llenen; la feria hay que trabajarla durante todo el año
Un ciclo, además, extraño e incompleto, pues no cubre los ocho días de la feria malagueña, del 17 al 24 de este mes; los festejos mayores comenzaron tres días antes de la inauguración de la fiesta local y acabaron cuatro días antes de su clausura. Y la razón parece que es puramente empresarial, con el beneplácito de la propiedad.
El toro de Málaga no es de plaza de primera, y prueba de ello ha sido la deficiente presentación de varias de las corridas lidiadas; tampoco la afición responde como antaño: no solo ha disminuido el número de festejos (en 2011 se programaron 13 -11 corridas, un espectáculo de rejoneo y una novillada-, bajaron a ocho de 2013 a 2019, a seis después de la pandemia, y uno más en este 2024), sino la afluencia de público. Solo la tarde del mano a mano entre Fortes y Roca Rey se colocó el cartel de completo.
En este 2024 se han cortado 23 orejas (cuatro Fortes, Emilio de Justo y el rejoneador Diego Ventura; dos Roca Rey y el novillero Simón Andreu, y una cada uno Juan Ortega, Rafaelillo, Manuel Escribano, Javier Orozco, David Galván, Ginés Marín y el rejoneador Ferrer Martín).
Y un apunte final: Málaga debe recuperar su condición de plaza de primera; el toro que se anuncie en la feria debe responder a esa exigencia, y la Diputación Provincial y la empresa Lances de Futuro tienen una tarea pendiente: que los tendidos se llenen. La feria hay que trabajarla durante todo el año.
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