Edurne, cantante: “Me siento afortunada de poder seguir con mi trabajo después de haber sido mamá”
La madrileña acaba de presentar ‘éXtasis’, su octavo disco, mientras se prepara para una nueva etapa como ‘coach’ de ‘La Voz Kids’ y emprende una nueva vida en Florencia junto a su marido, David de Gea, y su hija, Yanay. “Sé que no todo el mundo podría compaginarlo, por eso disfruto cada momento”, reconoce
Hay personas que de tan perfectas dan rabia. Con Edurne García Almagro (Madrid, 38 años) al principio pasa un poco eso, hasta que descubres que su aparente perfección es tan natural que ni siquiera molesta. Da la sensación de que no puede remediar llevar (casi) siempre puesta una impecable sonrisa, ser encantadora, caer bien. Simplemente, ella es así y lo lleva demostrando 19 años, que son los que tenía cuando su paso por la academia de Operación Triunfo en 2005, donde quedó en sexta posición, la dio a conocer al público y marcó el inicio de su exitosa carrera como Edurne, así, a secas. Ella misma recela divertida cuando su encuentro con EL PAÍS en un céntrico hotel de Madrid toma repentinamente los derroteros de una entrevista de trabajo.
―¿Cuáles dirías que son tus principales defectos?
―Los tengo, pero eso no se cuenta.
Podría decir eso de que a veces peca de perfeccionista, de excesivamente trabajadora, como ha dejado ver en el pasado en concursos televisivos como Tu cara me suena, en el que resultó ganadora de la tercera edición, o Más que baile, donde quedó segunda por debajo de Belén Esteban, porque está claro que ni siquiera Edurne puede ganar a la princesa del pueblo en lo que a voto del público se refiere. Al final confiesa uno: “Lo de la cocina, por ejemplo, es mi asignatura pendiente. Me encantaría saber cocinar y no hay manera”. No, de momento no va a participar en MasterChef Celebrity.
Si Edurne está ahora en Madrid y no en Florencia, donde acaba de empezar una nueva vida con su marido, el futbolista David de Gea (Madrid, 33 años) ―nuevo fichaje de la Fiorentina―, y su hija, Yanay, es por la música. Desde el 30 de agosto ya está disponible éXtasis, su octavo álbum de estudio, lleno de sonidos dance y pop inspirados en discos anteriores de Dua Lipa, Kylie Minogue y de ella misma, de la Edurne del pasado que en 2007 lanzó el rítmico Ilusión. “Siempre me gusta ofrecer cosas distintas, no hacer un disco como el anterior. Pero un día en el estudio empecé a componer, a crear, y dije: ‘Ostras, es que me apetece recuperar ese pop electrónico de música para bailar, para basarlo bien, para compartir con tus amigos o tu familia’. Y surgió NADA [una de las pegadizas canciones del nuevo álbum]. La presenté a ver qué tal funcionaba y la verdad que el recibimiento fue increíble. Así que dije, ‘si es lo que a mí me apetece y lo que a la gente le gusta, pues palante”, explica.
En éXtasis todo, desde la estética de los vinilos, CDs y casettes, hasta la de los videoclips o el estilismo que Edurne ha elegido para el día de la promoción, es muy de azules y rosas fucsia. Muy barbiecore, como se llama ahora al movimiento estético que promueve los looks en estos colores, impulsado por la gran influencia de la película Barbie. Una muestra más de que Edurne es una milenial que se desenvuelve como pez en el agua dentro de las tendencias de las nuevas generaciones. Cuando ella se dio a conocer, no existían las redes sociales, pero ahora es una ferviente usuaria de Instagram y TikTok ―incluso se abrió un canal de Twitch donde hizo sus pinitos como streamer―. “No me puedo quejar de mi edición [de OT] porque tuve mucha exposición. No había redes sociales, pero la música y la televisión se consumían de una manera diferente [la gala de su famosa actuación de This Boots Are Made For Walking tuvo un 42,9% de share]. En aquel entonces estaba lo de Portalmix, que era como una red social con chat e ibas viendo ahí las noticias de OT”, recuerda.
A diferencia de Portalmix, Edurne ha sabido mantenerse en la industria, reinventarse y diversificarse. De hecho, lejos de optar por artistas coetáneos, la madrileña ha elegido a cantantes que acaban de empezar su carrera musical para las tres colaboraciones de su nuevo disco: NIA, ganadora de la undécima edición de Operación Triunfo, de 30 años; Yarea Guillén, de 27; y la cantante y creadora de contenido Mar Lucas, de 21. “Me gusta empaparme y escuchar no solamente los estilos que más me pueden pegar, sino otro tipo de estilos para poder curtirme musicalmente. Viene una generación muy buena de artistas muy buenos, muy completos, gente muy joven que tiene un talento increíble y el poder mezclarme con ellos y poder crear con sus ideas y las mías es increíble”, reconoce.
Incluso para los que no hayan seguido de cerca la carrera musical de Edurne, hay tres canciones suyas que es difícil no reconocer. Una es Amores dormidos, de su primer disco (2006), un tema que alegró las tardes de SingStar a muchos jóvenes que enseguida se la supieron de memoria. Otra es Te falta veneno, el tema principal de la serie Yo soy Bea, que escucharon cada tarde unos tres millones de espectadores entre 2006 y 2009. La tercera es Amanecer, con la que la madrileña representó a España en el Festival de Eurovisión de 2015. Quedó en 21º posición de 27, pero su enérgico “IE IEEEE” del estribillo sigue siendo inconfundible 10 años después.
Para otros, el rostro más visible de Edurne ha sido como jurado de Got Talent España. Ella es la única que ha participado en las nueve temporadas del talent show, donde ya parecía formar un inseparable tándem con Risto Mejide, pero en marzo anunció que su etapa en el concurso había concluido. “Siempre lo voy a llevar en mi corazón porque han sido muchos años. Ahí he hecho una familia enorme, he aprendido muchísimo, me he reído y llorado... Ha sido una vivencia increíble, pero bueno, ya era mucho tiempo y quería centrarme mucho más en la música”, confiesa. Su hueco en la nueva temporada lo llenará Tamara Falcó, para la que tiene un único consejo: “Que lo disfrute y se deje llevar. Que si tiene ganas de llorar, llore; si tienes ganas de bailar, baile. Que se deje sorprender”.
Para sorpresa, la que dio ella cuando se supo que a su salida de Got Talent (Telecinco) para centrarse en su música le siguió más tarde su fichaje como próxima coach de La Voz Kids (Antena 3), con David Bisbal, Lola Índigo y Manuel Turizo como compañeros. “Después de ser madre, a los niños... como que les tengo muchísimo más cariño”, argumenta sobre este nuevo giro en su carrera televisiva en el que juzgará el talento musical de niños entre 7 y 15 años. El de su hija Yanay, de tres años, ya empieza a notarse, según Edurne. “Le encanta cantar y bailar. Tiene un oído increíble, oye una canción y ya enseguida sabe cuál es. Mis canciones se las sabe, ya las canta, las baila, se hace el TikTok…”, relata sonriente la orgullosa madre. “Está preciosa, la verdad es que si ella se quiere dedicar la música el día de mañana, yo la apoyaré, por supuesto”, confirma.
Tiene claro que más allá de los discos, las giras, la tele o las idas y venidas de Florencia a Madrid, su única gran prioridad ahora es ella, Yanay: “Lo principal es mi hija y su felicidad, que todo esté bien”. Edurne utiliza la palabra “suerte” hasta cinco veces durante la entrevista. Desde luego, se siente una mujer afortunada tanto en lo personal como en lo profesional y, sobre todo, se siente afortunada de no renunciar a ninguna de las partes. “Tengo la suerte de que mi carrera son momentos. Este mes, por ejemplo, voy a tener muchas cosas porque se ha juntado así, pero luego hay otros que estoy más tranquila. Tengo la suerte de poder organizarlo de tal manera que también paso tiempo en casa, con mi hija, con mi familia, que para mí es una de las cosas más importantes. También me siento afortunada de poder seguir con mi trabajo después de haber sido mamá, de tener a mis padres maravillosos, que cuidan de la peque y que están encantadísimos. Sé que no todo el mundo lo puede hacer, por eso yo lo valoro y disfruto cada momento de poder seguir con mi trabajo como antes”, reconoce.
Hay otra palabra que todavía pronuncia más: “feliz”. La emplea hasta ocho veces, una de ellas para definir su estado de ánimo en su nueva vida en Florencia. “Sobre todo por David, porque esté jugando de nuevo en un equipo que le encanta y le motiva mucho. Y Florencia es maravillosa, la ciudad en sí, la gente, la comida. Esos helados... ¡Ay, qué buenos están!”, celebra. En una ciudad como Florencia, lo de aprender a cocinar puede esperar para Edurne.
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